Me alegra tanto escuchar tus promesas mientras te alejas saber que piensas volver algún día cuando los sapos bailen flamenco y yo te espero ya ves, aunque no entiendo bien que los sapos puedan dejar de saltar y bailar lejos de su charco Porque mis ojos brillan con tu cara y ahora que no te veo se apagan porque prefiero que estés a mi lado aunque no tengas nada.